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lunes, 12 de abril de 2010

EDUCACIÓN MORAL

"LA IMPORTANCIA DE EDUCAR MORALMENTE A NUESTROS NIÑOS"








La educación moral debe ser considerada como una construcción en la cual la escuela, la familia, los iguales, tienen un papel muy importante. A pesar de que la familia se considera el primer núcleo de socialización del individuo y, por ende, el primer ente transmisor de valores, las instituciones de educación inicial y, en especial, el grupo clase es uno de los núcleos de integración de valores. Los programas relacionados con valores para la primera infancia y la educación familiar pueden contribuir a este esfuerzo de preservar los valores sociales, éticos y morales reforzando las capacidades de los padres y maestros para criar y educar a los niños, proporcionándoles a éstos un entorno adecuado para que puedan crecer, jugar, aprender y cuidar los valores deseados culturalmente.

Wynne (1986) c.p. Woolfolk (1996) confirma ese planteamiento al afirmar que a los niños se les debe enseñar no sólo a adoptar principios morales abstractos, sino a comportarse en forma moral en los aspectos cotidianos de la vida. De hecho, todas las personas e instituciones deuna sociedad – familia, escuelas, instituciones religiosas, organizaciones de la comunidad, medios de comunicación social– deben modelar y enseñar los valores morales. Más aún, en los actuales momentos cuando cada día debemos enfrentarnos al aumento de la criminalidad, al abuso de drogas, la violencia, a la discriminación racial y a la desintegración de la familia, no podemos dejar a un solo grupo la educación moral; todas las instituciones, incluyendo las escuelas, deben asumir esta responsabilidad.
Por ello creemos de importancia capital, ofrecer desde la institución educativa los conocimientos, procedimientos y actitudes que hagan posible la construcción de criterios morales propios, derivados de la razón y el diálogo. Y pensamos que todo este trabajo se debe iniciar en el Nivel de Educación Inicial, es decir, desde los 0 hasta los seis años.



Orientaciones didácticas para una acertada formación moral que permita a padres y docentes obrar con pautas claras en esta área


Según López y Araujo (2000) los valores se forman durante los primeros años de vida, se desarrollan lentamente, en un proceso que se da a lo largo de la vida y que tiene que ver con la formación del carácter, entendiéndose este último como aquello que regula el comportamiento moral de la persona.
Así pues, las nociones de bien o de mal, de positivo y de negativo, de libertad y de responsabilidad, se forman en los primeros años de vida. De allí la importancia de estimular su desarrollo desde la fase maternal y preescolar, mediante la estimulación de comportamientos como el orden, el cuidado de las cosas, la práctica de hábitos de higiene, alimentación y sueño, la paciencia, la amistad, la comprensión y la aceptación de normas de convivencia social.
Entonces pues, es indispensable ofrecer a través de las instituciones educativas desde el Nivel Inicial conocimientos, procedimientos y actitudes que promuevan la formación de personas comprometidas con su sociedad: solidarias, justas, sinceras, capaces de ponerse en el lugar del otro, honradas, etc. y, lo que es más importante, que sepan dar continuidad a la educación en valores. Para ello se requiere que los educadores reflexionen sobre su práctica educativa y cuenten con modelos de posibles actividades sistematizadas que los orienten en el trabajo con sus alumnos, ayudándolos a ir diseñando, a partir de éstos, una metodología propia en función de las necesidades de su entorno educativo. Asimismo, es conveniente proveer a los padres y docentes de lineamientos que les permitan abordar sistemática e intencionalmente esta importante área con el propósito de contribuir en la formación moral de los niños desde el Nivel Inicial integrando esfuerzos escuela–familia y sociedad, transmitiendo en sintonía valores humanos fundamentales dirigidos a la formación de una nueva sociedad y de una nueva cultura.

En síntesis, la idea es que en los diferentes ambientes donde se desenvuelva el niño, padres y docentes se aboquen a fomentar la educación en valores en una forma sistemática e intencional con el objetivo de que los niños desde temprana edad se habitúen a practicar conductas prosociales y, más adelante, se conviertan en adultos críticos con una sólida fundamentación en valores y capaces de transformar la realidad donde les tocará vivir en un mundo solidario y en paz.

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